TEMA.
4 LA NOVELA DE LA
GENERACIÓN DEL 98
1-
CONTEXTO HISTÓRICO
- Antes de hablar de la novela de la generación del 98
es conveniente explicar que se entiende por generación del 98 y cuál es el
contexto histórico en que se sitúa.
- La situación española a principios
de siglo es especialmente conflictiva. Desde el año 18.74, España tenía un
sistema político conocido como la
Restauración ,
el cual había puesto punto final a la
Primera República española. El ejército, la aristocracia terrateniente, parte de
la burguesía y, por supuesto, la Iglesia estaban en la base del golpe de
Estado que en 1974 disolvió las Cortes y dio el poder a Antonio Cánovas del
Castillo, quien será el encargado de diseñar un nuevo modelo político que
respondiera a los intereses del bloque de poder antes citado, frenando así los
intereses del pueblo. Se restaura la monarquía borbónica en la persona de
Alfonso XII, hijo de la anteriormente depuesta Isabel II y se instaura una
maquinaria política en la que sólo dos partidos (el liberal y el conservador)
se alternan en el poder. España es entonces un país de estructura agraria y la
clase dominante, legitimada por la
Restauración ,
es la de los grandes propietarios agrarios, que delegan el poder local de los
pueblos en los caciques. Éstos se van a erguir en uno de los motivos esenciales
de la España negra de la
Restauración. Controlan la enseñanza, obligan a la gente a votar por el partido que
interesa, falsifican los votos, etc. son muchos los historiadores que
consideran este largo periodo (1875-1923) cono uno de los más negros de la
historia contemporánea española. Son sus constantes la corrupción, el amiguismo
político y la represión contra el movimiento obrero.
En
definitiva, que mientras el capitalismo se estaba desarrollando en Occidente,
España sigue anclada en el pasado: preponderancia de población y producción
agraria, predominio del analfabetismo, sistema político basado en el sufragio
censitario y el caciquismo, poder en manos de los grandes terratenientes, etc.
En esta situación se produce el desastre del 98, con la pérdida en Cuba de las
últimas colonias españolas en América.
- Este desastre tuvo un efecto más ideológico que político o
económico, ya que respecto a la economía, la única pérdida se da en la
industria catalana y en cuanto a lo político, el sistema de la
Restauración
se mantuvo hasta 1917.
Sin
embargo, es ahora cuando la gente comprende por primera vez la actual situación
del país y deja de creer en los falsos tópicos de la
Restauración ,
la cual se había erigido como una continuación de la
España Imperial.
- Es dentro de este contexto donde surge la protesta de una serie
de escritores jóvenes que luego se encuadrarían dentro de la generación del 98:
parten de la idea de postración del país y de la necesidad de cambiar la
mentalidad de los ciudadanos. Sin embargo, no hay que olvidar que esta protesta
no es nueva en el panorama intelectual español, pues ya en el siglo XIX los
regeneracionistas encabezados por Ginés de los Ríos habían afirmado que la
única solución para el país estaba en la educación de la masa popular, de ahí
que fundaran la Institución Libre de Enseñanza, que era una escuela y
universidad liberal y laica (fuera del control de la
Iglesia ),
a donde fueron a parar los profesores progresistas expulsados de la universidad
estatal por el Gobierno. En sus bases se especificaban una serie de principios
muy característicos: propagación de la ciencia, espíritu ajeno a la
confesionalidad religiosa, filosófica o de partido, tolerancia como máxima
fundamental, libertad de enseñanza, etc. Se quería, en suma, forjar una nueva
España con unos nuevos hombres, pues los regeneracionistas consideraban que la
política oficial estaba corrompida y que los políticos de toda la época de la
Restauración
eran incapaces de resolver los problemas del país. Valoraban el peso de las
reformas materiales (obras públicas, hospitales, industrialización, vivienda,
etc) pero insistían mucho en la necesidad de la reforma moral individual, lo
cual explica la importancia de la educación.
- Por todo ello, actualmente, cada vez se relaciona menos a la
generación del 98 con la crisis política del país y, por contra, se intensifica
su vinculación a la crisis espiritual de Occidente.
Es
cierto que en sus inicios sus actos y sus escritos estaban movidos por un claro
espíritu de protesta y rebeldía social: Baroja, Azorín y Maeztu formaron en su
juventud el grupo de Los Tres, bajo cuyo seudónimo firmaron varios artículos y
un Manifiesto donde denuncian las injusticias sociales y propugnan la apertura
hacia Europa. Sin embargo, tras el fracaso de sus denuncias se aprecia en todos
ellos un desengaño y una postura mucho más idealista, que al fin y al cabo es
la que se considera la auténtica mentalidad del 98.
2-
MENTALIDAD DEL 98
Frente a unos
problemas del país absolutamente concretos: subdesarrollo, pobreza, injusticia
social, escasa educación, régimen político inadecuado, etc, los
noventayochistas conceden prioridad a la reconstrucción espiritual del país. En
otras palabras, buscaron una respuesta abstracta y filosófica a los problemas
concretos del país.
- Para ellos, el país está sufriendo una gran crisis espiritual,
que hace que no haya una idea que guíe a todos los españoles. En vista del
fracaso de nuestros gobernantes, hay que recuperar el auténtico carácter del
pueblo español, su esencia. La construcción de esta identidad se basó en la
creencia de que, por encima de diferencias locales, existía un carácter
español, una psicología específica, lo cual produjo una enorme intensificación
de todo lo hispánico:
1- Surge ahora una nueva sensibilidad hacia el
paisaje español, al que se considera creador del carácter y la cultura
hispánica. Las tierras de España fueron recorridas y descritas con la misma
mezcla d dolor y amor. La descripción del paisaje castellano es la gran
creación del 98, pues hasta entonces no se había encontrado belleza en este
paisaje. Para los hombres del 98, al ser Castilla la forjadora de la unión
española, es también la que dio el espíritu a toda España.
Sus
descripciones son subjetivas, impresionistas, ya que sobre el paisaje proyectan
su propia alma melancólica. Por ello, destaca su atracción por lo austero, los
lugares grises y sobrios .
2- Buscan también en la historia de España el
auténtico carácter español. Así, Azorín en sus dos obras Los
pueblos (1905) y Castilla
(1912) revive el pasado
español, con sus. hidalgos, sus catedrales, etc
Dentro
de este contexto, adquiere gran importancia el concepto unamuniano de
“intrahistoria” No interesan los grandes hechos históricos, pues en ellos no
se haya la esencia del carácter español, sino la vida callada de los millones
de hombres que día a día hacen la historia más profunda. Es en esa vida donde
se encuentra la esencia española.
Todo lo que cuentan a diario los periódicos, la
historia toda del “presente momento histórico”, no es sino la superficie del
mar, una superficie que se hiela y cristaliza en los libros y registros, y una
vez cristalizada así, una capa dura, no mayor con respecto a la vida
intrahistórica que esta pobre corteza en que vivimos con relación al inmenso
foco ardiente que lleva dentro. Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa
de los millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos
los países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a
proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que, como
la de la las madréporas suboceónicas, echa las bases sobre que se alzan los
islotes de la Historia. (...)
Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es
la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la
tradición mentida que se suele ir a buscar al pasado enterrado en libros y
papeles y monumentos y piedras.
(En
torno al casticismo)
¿En
qué consiste esa esencia? Es una esencia espiritual e idealista, lejos de todo
materialismo. Para Unamuno, Don Quijote representaba perfectamente ese
carácter: era un ser de gran espíritu sólo movido por el amor. En su obra Vida de Don Quijote y Sancho dice que los males de la patria
residen en que no hay Quijotes, seres de gran espíritu, sin que abundan los
Sanchos.
En definitiva, los hombres del 98
proyectan sobre los problemas de España sus propios problemas espirituales
producto de la crisis existencial de principios de siglo. Concibieron el
problema de España cono una forma colectiva de sus propios problemas privados
y, por ello, intentaron darles la misma solución que deseaban para ellos
mismos. Los hombres del 98 son intelectuales, que más que proponer soluciones
concretas, de especialista, los problemas nacionales, reflexionan sobre la
realidad nacional, sobre la condición humana y ponen el acento en los valores
espirituales y en la mentalidad y psicología colectivas. Esto explica que
expresen sus pensamientos, más que tratados o estudios, a través de los
vehículos artísticos del ensayo y la novela.
3- CARACTERÍSTICAS
DE LA NOVELA DEL 98
La angustia existencial del hombre del 98 encuentra su
principal manifestación en sus novelas experimentales:
— Se rechaza la
acumulación de detalles realistas de los novelistas del siglo XIX. La realidad
no interesa por si misma, ahora el novelista prefiere expresar las impresiones
que sobre él produce, de ahí que se prefieran dar rápidas impresiones de lo que
se está describiendo.
— No les
interesa el argumento, la historia de la novela, centrando su interés en cómo
se cuenta la historía y en las ideas transmitidas.
- En cuanto al
estilo, es difícil encontrar características generales pues cada autor tiene un
estilo fuertemente individualizado. Como elementos comunes, destaca el sentido
de la sobriedad y una voluntad antirretórica, lo cual no fue obstáculo para que
cuidaran el estilo. Existe un gusto generalizado por las palabras
tradicionales, pusieron en circulación el léxico que recogieron en los pueblos
o rescataron de la literatura antigua, llevados por su amor a lo español.
4-
PÍO BAROJA
Es el miembro del 98 que más aportó a la novela.
Escribió más de 60 novelas, 34 de ellas agrupadas en trilogías.
4.1- Ideología: Su espíritu cientifista (era
médico) supuso una tendencia muy especial dentro de los escritores del grupo:
las teorías evolucionistas, y a través de éstas, el descubrimiento de las leyes
de la lucha por la vida tiñeron de amargura y escepticismo sus ideas.
Según
Baroja, el individuo está condenado al sufrimiento, pues el hombre es un lobo
para el hombre, lo que explica que la vida social sea un fracaso. El hombre
queda abandonado en medio de una sociedad injusta que le obliga a una trágica
lucha por la vida.
— Para mi la consecuencia es fácil
—contestó Iturrioz, con el bote de agua en la mano—. Que la vida es una lucha
constante, una cacería cruel en que nos vamos devorando los unos a los otros.
Plantas, microbios, animales.
(El
árbol de la ciencia)
Como
consecuencia de ello, la vida le resultaba algo absurdo, ante la que sólo se
puede reaccionar anulando la voluntad para no desear nada.
La
raíz de este pesimismo se encontraba en el filósofo alemán Schopenhauer, para
quien la vida era una cosa oscura, ciega, cruel, sin justicia.
Ideas
como éstas explican el hastío vital de muchos de sus personajes. Veamos lo que
dice Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia:
Uno
tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no
tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a donde dirigirse.
¿Qué se hace con la vida? ¿Qué dirección se le da? Si la vida fuera tan fuerte
que le arrastrara a uno, el pensar sería una maravilla, algo como para el
caminante detenerse y sentarse a la sombra de un árbol, algo como penetrar en
un oasis de paz; pero la vida es estúpida, y creo que en todas partes, y el
pensamiento se llena de terrores como compensación a la esterilidad emocional
de la existencia.
Los
personajes de Baroja no encuentran ningún asidero intelectual en su vida. La
ciencia no les proporciona la respuestas que buscan a sus grandes interrogantes
sobre el sentido de la vida y del mundo. Al contrario: la inteligencia y la
ciencia no hacen sino agudizar el dolor de vivir.
— (...) yo
en el fondo estoy convencido de que la verdad en bloque es mala para la vida.
Esa anomalía de la Naturaleza que se llama la vida necesita estar
basada en el capricho, quizá en la mentira.
— En eso estoy conforme -dijo Andrés-.
La voluntad, el deseo de vivir es tan fuerte en el animal como en el hombre. En
el hombre es mayor la comprensión. A más comprender, corresponde menos desear.
Esto es lógico, y además se comprueba en la realidad. La apetencia por conocer
se despierta en los individuos que aparecen al final de una evolución, cuando
el instinto de vivir languidece. El hombre, cuya necesidad es conocer, es como
la mariposa que rompe la crisálida para morir. El individuo sano, vivo, fuerte,
no ve las cosas como son, porque no le conviene. Está dentro de una
alucinación. Don Quijote, a quien Cervantes quiso dar un sentido negativo, es
un símbolo de la afirmación de la vida. Don Quijote vive más y con más
intensidad que los otros. El individuo o el pueblo que quiere vivir se envuelve
en nubes como los antiguos dioses cuando se aparecían a los mortales. El
instinto vital necesita de la ficción para afirmarse. La ciencia entonces, el
instinto de crítica, el instinto de averiguación, debe encontrar una verdad: la
cantidad de mentira que se necesita para la vida. ¿Se ríe usted?
- Sí me río, porque eso que tú expones
con palabras del día está dicho nada menos que en la
Biblia.
- ¡Bah!
- ¡Si, en el Génesis. Tú habrás
leído que en el centro del Paraíso había dos árboles: el árbol de la vida y el
árbol de la ciencia del bien y del mal. El árbol de la vida era inmenso,
frondoso y, según algunos santos padres, daba la inmortalidad. El árbol de la
ciencia no se dice cómo era; probablemente sería mezquino y triste. ¿Y tú sabes
lo que le dijo Dios a Adán?
-
No recuerdo, la verdad
- Pues al tenerlo a Adán delante, le
dijo: “Pues comer todos los frutos del jardín; pero cuidado con el fruto del
árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que tú comas ese fruto
morirás de muerte!! Y Dios, seguramente, añadió: “Comed del árbol de la vida,
sed bestias, sed cerdos, sed egoístas, revolcaos por el suelo alegremente; pero
no comáis del árbol de la ciencia, porque ese fruto agrio os dará una tendencia
a mejorar que os destruirá” ¿No es un consejo admirable?
(El
árbol de la ciencia)
Por
ello, no creyó que la política pudiera solucionar los problemas del hombre y
del país. Su escepticismo político no le impidió que declarara abiertamente sus
opiniones sobre el país, por lo que hizo que sus novelas ocurrieran en regiones
y ciudades de toda España.
Denuncia
constantemente todos los males españoles: la apatía y la envidia que nos hacen
incapaces de proyectos nacionales conjuntos, el caciquismo y la corrupción
política, la incultura, el atraso científico, etc
4.2- Sus ideas sobre la novela: Para él es un
género multiforme que abarca todo.
La
consecuencia de ello es su despreocupación por su composición, ya que para él
existía una contradicción entre escribir una novela ordenada y estructurada y
presentar personajes llenos de vida. Para él, las grandes novelas eran las
desordenadas, pues la vida es la sucesión fortuita de hechos desligados.
En
sus novelas encontramos una muestra muy rica y variada de personajes
pertenecientes a todas las clases sociales, aunque existe preferencia por las
gentes humildes. El gran retablo de estos desheredados se encuentra en la
trilogía La lucha por la vida
Muy
poco positivo es el tratamiento que hace de las clases burguesas acomodadas, a
cuyos miembros consideraba unos señoritos ociosos e inútiles.
Con
un gran dinamismo, Baroja va haciendo aparecer en sus libros cientos de
personajes a los que abandona al poco de presentarlos porque no le interesa
darnos su psicología ni contarnos su vida. Tan sólo los utiliza para darnos su
interpretación de la sociedad.
4.3- Estilo: Su estilo no es de la frase bonita,
pues su preferencia era conseguir un ritmo narrativo mediante la velocidad
oracional. Baroja lleva al extremo la tendencia antirretórica de los
noventayochistas.
Hay
dos cosas en las que fue un maestro: la conversación y la descripción.
Las
conversaciones suelen tener la finalidad de informar al lector acerca de las
actitudes ante la vida de los personajes.
En cuanto a las descripciones, éstas son rápidas, hechas con
pinceladas escuetas que, con unos detalles significativos, nos producen una
intensa impresión de realidad. Puede hablarse de una técnica impresionista, muy
distinta de las largas descripciones de los realistas decimonónicos.
5-
MIGUEL DE UNAMUNO
5.1- Vida: Nació en Bilbao en 1864. estudió
Filosofía y letras en madrid y, tras varios fracasos, ganó en 1891 la cátedra
de Griego en la Universidad de Salamanca, de la que sería
elegido rector en1901. Fueron frecuentes sus viajes por España, pero residió en
Salamanca sin más paréntesis que el destierro de 1924 a 1930 en Fuerteventura y en Francia
como consecuencia de su oposición a la dictadura del general Primo de Rivera.
Tras la caída de éste, vuelve triunfalmente a España. fue diputado durante la
República. Tras
el levantamiento militar, su postura ante las fuerzas de Franco le valió ser
destituido y confinado en su domicilio, donde murió repentinamente el último
día de 1936.
5.2- Personalidad e ideología:
Nos encontramos ante un intelectual que a sí mismo se definió como “un hombre
de contradicción y de pelea; uno que dice una cosa con el corazón y la
contraria con la cabeza, y que hace de esta lucha su vida”. Es esta lucha la
que él mismo definió como “el sentimiento trágico de la vida”
Tras
varias crisis juveniles (1881, 1890), perdió la fe. En 1892 manifiesta ideas
socialistas y estará afiliado al PSOE de 1894 a 1897 cuando una nueva crisis lo
hunde en el problema de la muerte y la nada. Abandona entonces su militancia
política y, cada vez más, volverá los ojos hacia los problemas existenciales y
espirituales, aunque sin dejar nunca su preocupación por España.
A
partir de este momento, el debate entre la fe y la incredulidad le acompañará
toda la vida. El hambre de un Dios garantice nuestra inmortalidad chocará
siempre con la razón que le niega esta posibilidad. Pero Unamuno, lejos de huir
de este conflicto, no concebirá la auténtica vida sin él: sólo sufriendo tendremos conciencia de que
existimos.
Ni,
pues, el anhelo vital de inmortalidad humana halla confirmación racional, ni
tampoco la razón nos da aliciente y consuelo de vida y verdadera finalidad de
ésta. Mas he aquí que en el fondo del abismo se encuentran la desesperación
sentimental y volitiva y el escepticismo racional frente a frente, y se abrazan
como hermanos. Y va a ser de este abrazo, un abrazo trágico, es decir,
entrañadamente amoroso, de donde va a brotar manantial de vida, de una vida
seria y terrible
(Del sentimiento trágico de la
vida)
5.3- Su obra : Representa
perfectamente al intelectual preocupado por las cuestiones nacionales y
existenciales, aunque su propia evolución personal le llevó a relegar a un segundo
término los problemas materiales concretos para prestar creciente atención a
las cuestiones espirituales. Cultivó todos los géneros, destacando el ensayo y
la novela. En esta última fue de los primeros en romper con la narrativa
realista al uso.
- Para él, la
novela era un instrumento con el que se puede analizar la realidad, nos ayuda a
conocerla mejor. Gracias a la novela se puede ver la vida desde ella misma, en
su transcurso y no como algo estático. Novela y vida coinciden en su
temporalidad.
- Sus novelas
representan a la perfección las dos características dichas antes: existe una
casi total ausencia de descripciones externas, no le interesan de sus
personajes su aspecto externo, tan sólo le interesan como personajes vivos y
trágicos. Por otro lado, en sus novelas el argumento tiene poca importancia, ya
que lo que realmente le preocupa es el personaje en si, independientemente de
lo que les suceda. Las distintas situaciones son sólo un pretexto para que se
muestre su personalidad.
- Su primera
novela entra dentro de la llamada novela histórica que trata sobre la última
guerra carlista: Paz en la guerra (1897)En 1902 publica Amor
y pedagogia, que es ya una novela de ideas donde se concluye que la
vida se resiste a dejarse encorsetar por las teorías racionales.
Las
novedades formales de la obra hicieron decir a ciertos críticos que aquello no
era propiamente una novela. Por ello, con actitud desafiante, Unamuno llamaría
“nivolaT’
a su siguiente obra narrativa: Niebla (1914)
- En Niebla expone su
idea de que la realidad y la ficción pueden ser entendidas como la creación de
un ser superior. El tipo de relación que se establece entre el autor y sus
personajes es análoga a la que existe entre Dios y el hombre.
- En la novela
Augusto Pérez, el protagonista, llega a la edad de casarse sin ninguna
identidad definida. Como él mismo reconoce al final, ha ido vagando por la vida
como un fantasma. Al final, cuando su prometida se fuga con su amante en la
víspera de su boda, siente un dolor tan agudo que le hace sentir por primera
vez lo real de su existencia. Ante esto, decide suicidarse pero antes va a
pedir consejo al famoso escritor Miguel de Unamuno, el cual le manifiesta que
es un personaje inventado y que carece de realidad fuera de la imaginación de
Unamuno, por lo que no puede suicidarse si éste no quiere. Ante esto Augusto le
contesta que él también se morirá cuando Dios se canse de soñarle, pues es tan
de ficción como pueda ser él.
La
conclusión no puede ser más pesimista: somos seres lanzados por una fuerza
superior a un absurdo existencial del que sólo somos conscientes a partir del
dolor.
- A partir de
esta novela, la narrativa de Unamuno se orientará decididamente hacia la
cuestión de indagar qué es lo que constituye la existencia auténtica y la
identidad personal (Abel Sánchez (1917), Tres novelas
ejemplares y un
prólogo (1920),
La tía Tula (1921), Cómo se hace una novela (1927),
La novela de don Sandalio, jugador de ajedrez( 1930), San
Manuel Bueno Mártir (1931)
- San Manuel Bueno Mártir (1931) refleja en la figura del sacerdote don Manuel el mismo
conflicto que sufría Unamuno.
- Como dijimos
antes, Unamuno había perdido la fe en su juventud pero en 1897 sufrió una
crisis existencial a partir de la cual se debatirá continuamente entre su deseo
de que exista un Dios que garantice la inmortalidad y la negación racional.
Esto es lo que él llamó el sentimiento trágico de la vida”, tema principal de
esta novela.
- El sacerdote
don Manuel, que no cree en Dios, piensa que su deber es predicar la mentira
consoladora para el bien de sus fieles
- Unamuno
también escribió ensayos: En torno al casticismo (1895), donde ya
planteaba cuestiones del 98 como la valoración de Castilla, el españolismo y la
europeización, la idea de intrahistoria, etc En Vida de don Ouiiote y
Sancho (1905) empezó a interesarse por los problemas espirituales al
exponer su personal interpretación de la novela cervantina como expresión del
alma española. Del sentimiento trágico de la vida (1913) contiene
algunas de las formulaciones más importantes de su pensamiento. En ella expone
la contradicción entre el hambre de Dios e inmortalidad que tiene el hombre y
su negación racional. Anos más tarde escribirá La agonía del cristianismo
(1925) La palabra agonía está tomada aquí en su sentido etimológico de “lucha”,
por lo que el libro trata de nuevo de la lucha por el Cristianismo que hay en
él.